Traición

Hay un dicho famoso "piensa mal y acertarás". Pero ¿qué es pensar mal y por qué he de andar por la vida dudando de la gente? Al final de cuentas todos somos inocentes hasta que se nos demuestre lo contrario.
Y es que no se trata sólo de relaciones de pareja, familia, amigos o laborales. La confianza es una de las cosas más importantes que alguien podría ofrecerte, el tomarla deliberadamente es injusto, pues pocos pueden ofrecerla.

He contrariado a los sabios con eso de pensar mal, pero cuánto más me esfuerzo en comprobar lo contrario, más descubro la razón que tienen. Si algo he pecado en la vida es de exceso de curiosidad, y con mi afinidad a Sherlock Holmes, pues divago en conjeturas y unir pistas cual detective. Dice Holmes que cuando todo aquello que es imposible ha sido eliminado, lo que quede, por muy improbable que parezca, es la verdad.
De ese modo he procurado regir mis instintos al dudar de ciertas situaciones, no es un sexto sentido, es aplicar la lógica en todo aspecto de la vida real. Por ello, descubro, o más bien, soy capaz de leer verdades en mentiras y acciones. Se trate de una travesura infantil o una traición de adulto vil, mi capacidad en ciertos periodos, me permite actuar como si no estuviera al tanto de los hechos. Pero hay momentos en los que me cuesta tolerar que se insista en ocultar lo evidente y me delata la emoción. Y más cuando se encuentran las pruebas.
Después de todo es parte del ser humano ser traicionado constantemente por las propias emociones, con mayor razón por la gente.

Au Revoir!!

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